miércoles, 17 de enero de 2007

SER UN "SIMPLE" PADRE

Ser simplemente "padre" parece ser algo que no está especialmente de moda en los últimos años. Las razones son múltiples y entre ellas podríamos destacar la intensa presión de algunos sectores de la sociedad para minusvalorar la imagen del varón. El perfil del antiguamente denominado "sexo fuerte" se ha asociado a todo tipo de conductas negativas en relación a actitudes laborales, reacciones machistas y, en los últimos tiempos como el único y absoluto responsable de la llamada "violencia de género".

En cierta comunidad autónoma he llegado a ver un anuncio televisivo en el que un niño, varón por supuesto, agredía a una niña en un patio escolar para, inmediatamente, asociar dicha acción a la violencia de género y emitir un sensacionalista mensaje: "evita, desde niño que se convierta en un maltratador". No dudo de las buenas intenciones de los creativos de dicho "spot" televisivo pero no es precisamente un enfrentamiento de sexos de lo que más necesitados estamos sino de armonía y de respeto que, después de todo, es lo que cada ser humano alberga en lo más íntimo de sí mismo.

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