martes, 14 de noviembre de 2006

MUNDOS VIRTUALES, PALIZAS REALES

Ayer mismo estaba revisando el borrador de un libro que mi editorial va a publicar sobre los mecanismos de placer y las endorfinas para primeros de este año que se avecina. Uno de los capítulos trata sobre la interpretación de los sentidos por parte del cerebro. Después de todo, no podemos olvidar que nuestro cerebro se encuentra atrapado en una caja de calcio llamado cráneo y que se alimenta de información a través de los cinco sentidos, o como decía cierto sospechoso comandante, conocido de mi familia, perteneciente a una importante línea aérea nacional: “yo siempre vuelo con mis cuatro sentidos”. Nunca pude evitar mirarle con cierta desconfianza, especialmente cuando a mirada traidora observaba quien pilotaba el avión mientras abordaba un avión de dicha compañía.

Pero volvamos al tema: en relación a los disturbios de París el Ministro del Interior aseguró que muchos jóvenes habían pasado de la destrucción en los videojuegos, mundo virtual, al real quemando automóviles en las calles.

Sin entrar en terrenos movedizos relacionados con las demandas de los estudiantes y de los inmigrantes si que me hizo reflexionar su comentario. ¿Será cierto que primero se practica la violencia en una pantalla y se libran luchas callejeras virtuales y, luego, se desea materializarlas en la vida real?

Cuando éramos pequeños (y tampoco hace tanto tiempo de ello) nuestros héroes eran siempre los buenos de las películas. La bondad de estos personajes era tan marcada que, hasta cuando el malo estaba a punto de caer por un precipicio, el “bueno” extendía su mano para poder salvarle en un gesto desesperado. La muerte del villano, si acaso, era tan solo accidental escurriéndose por el talud para congoja de quien, hasta hacía un momento, había estado a punto de sucumbir en sus manos.

Después de revisar el borrador del libro entré en un foro de jóvenes donde intercambian trucos y opiniones sobre videojuegos. Una de las jugadas más solicitados era el como otorgar más vidas y poder a uno de los protagonistas de un conocido videojuego que tiene el papel de proxeneta y asesino profesional. Huelga decir que la representación videográfica es excelente plena de detalles, luces y texturas realistas hasta el punto de confundirse con una especie de reportaje.

Ello me lleva a entender como uno de mis hijos, ante ciertas imágenes reales de la televisión, pregunta con preocupante insistencia: “Papá, ¿eso es verdad?" Aún cuando tiene la imagen delante de sus narices.

¿Qué circuitos neuronales se abonan cuando un joven pasa horas y horas dañando y sometiendo a otros seres humanos?. ¿Dónde está el juego? O, peor aún, ¿Qué es lo que aprende o practica?.

Parece que están faltando algunas claves de educación para saber con que se puede jugar y cuales son asuntos muy serios en los que personas reales pueden sufrir y, en los que apretar el botón del “joystick” deja de ser un juego detrás de una pantalla. Si, además, algunos de nuestros hijos comienzan a tener dudas sobre lo que ven y juegan sin distinguir perfectamente lo que es real de lo que no lo es. Entonces, no será extraño que, en la vida real, mezclen ambos mundos, o peor, aún jueguen a cosas que, incluso en el virtual, no eran nada divertidas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

..eso que se lo pregunten a los pilotos de los F-16 que lo ven todo a través de una "pantallita" sin considerar su barbarie. ¿Cómo podrán dormir esa noche?

Anónimo dijo...

Está claro que lo más importante para ellos es la educación (creo que es la base de todos los problemas). No creo que ningún juego tenga la culpa, hay muchos tipos de juegos, algunos hasta pueden resultar instructivos, el problema es cuales se eligen y porqué. Es como internet, hay que enseñarles a hacer un buen uso, pero cuando no es así, entonces lo más facil es echar la culpa a las máquinas, a terceros o incluso a los mismos perjudicados. Es mi modesta opinión.

Anónimo dijo...

Está claro que lo más importante para ellos es la educación (creo que es la base de todos los problemas). No creo que ningún juego tenga la culpa, hay muchos tipos de juegos, algunos hasta pueden resultar instructivos, el problema es cuales se eligen y porqué. Es como internet, hay que enseñarles a hacer un buen uso, pero cuando no es así, entonces lo más facil es echar la culpa a las máquinas, a terceros o incluso a los mismos perjudicados. Es mi modesta opinión.

Anónimo dijo...

A fuerza de leer libros de caballería decidió hacerse caballero andante.
Suena muy bien.
Es del Quijote, de Don Miguel.
Eso es lo mismo que pasa con los videojuegos.
A fuerza de... deciden ser caballeros volantes, y se hacen supermanes, o robocops, o... fríos como las máquinas.
Este verano he pasado unos días en un "pueblo" de Asturias, pueblo real y veía como los niños juegan con cartas reales, entre personas, engañándoses, con muecas, con "humanidad" en suma.
Ante un niño que no sabe jugar, u otro qu engaña, el niño se va comunicando.
En Internet o video consola trabaja contra una máquina sin sentimientos.Y se hace isensible como la máquina.
Respecto al primer comentario no estoy de acuerdo.
El padre cuando da un cachete a un niño, lo siente.
el militar también lo siente pero debe hacerlo defendiendo a su Patria, EEUU, España o la que fuere.