viernes, 8 de diciembre de 2006

YO DENUNCIO, TU DENUNCIAS, NOSOTROS DENUNCIAMOS...

Voy camino de tomar un avión y en uno de los pasillos del metro aparece una gran fotografía de un niño que presenta heridas en su rostro. En el texto que acompaña a tan impactante anuncio se invita a denunciar los malos tratos, esta vez hacia los menores: "¿A que duele? Si te duele, ¡denúncialo!". La pregunta que me asalta es ¿quién debe de materializar dicha denuncia? Si resulta que son los padres los agresores también es evidente que ellos no se van a denunciar a sí mismos. Si es uno de los conyugues el que agredió al hijo podría ser especialmente doloroso, por ejemplo, ver al padre (ya que en el caso de los hijos suele ser la madre, estadísticamente hablando, quien realiza la agresión con mayor frecuencia) acudir a comisaría a poner la oportuna denuncia en contra de su compañera y, a la vez, madre del agredido.

Es cierto que la campaña fomenta la protección del menor a través de los resortes legales pertinentes, sin embargo, visualizo una sociedad que intenta arreglar todas sus taras a través de mecanismos jurídicos: "malos tratos de género" mediante leyes muy discutidas por su inoperancia. "Delincuencia juvenil" en el que un amplio sector de la población pide penas más duras y ahora otra incitación a la denuncia, una vez más dentro de la propia familia.

Obviamente, debemos contener la violencia en general y en particular, dentro de la propia familia. Pero, ¿alguien ha pensado en la actuación de figuras tan importantes en otros países como los mediadores cuya intervención puede ser vital en apagar la violencia dentro del hogar? O bien de unidades de intervención de psicólogos, terapeutas, pedagogos que evitasen algo tan delicado como generar un embrollo legal en el seno familiar. La denuncia debería ser el último resorte a emplear y siempre después de haber agotado todos los recursos propios de un entorno terapéutico. En caso contrario puede ser peor, ocasionalmente, el remedio que la enfermedad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se me genera una duda al leer el artículo: una de las misiones de los asistentes sociales, ¿no es acaso mediar en los problemas familiates? Pudiera ser que no es así, pero quizás el plantearlo pudiera suponer una solución en España, a la par de que la personas acudamos más a los psicólogos para aprender a crecer y a querernos dentro de nuestros entornos familiares

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Al significar "mediadores" incluiría a los asistentes sociales como una de las principales bazas en la resolución de este tipo de problemas.